miércoles, octubre 26, 2005 Es como que compré un pase de felicidad por 3 meses y a se está acabando.
Hace días un río recorre mis ojos y el sueño suena tan reconfortante.
Me da miedo llorar por más que tenga motivos o razones.
Me da miedo llevar tantos días llorando. Me recuerda a esos días grises del alma. Esos días que tanto me costó pintar de otro color.
Me da tanto miedo que vuelvan! por más prometan ser pasajeros, por más que ayudaron a cambiar mi visión de muchas cosas. No los quiero de nuevo. Me da mucho miedo.
Y de nuevo me cuentas hablar. Me encuentro tantas veces en silencio aunque emita palabras.
Es un silencio distinto, un silencio sonoro. Un silencio que habla para desviar la atención de él.
Y de nuevo siento como me abstraigo y miro las cosas desde afuera. Y me veo en lugares comunes, con gente...con MI gente... pero totalmente desubicada. Fuera de ellos. Colgada.
Intento encaminar mi concentración hacia algo al menos, pero mi fuerza no la acompaña.
Autocompadecimiento suena en mi cabeza. Lo odio. Me doy bronca. Me deja impotente pregonando "asi sos...nada podes hacer".
La alegría viene y se va. Es sumamente inconstante. No tiene equilibrio.
Tengo certezas que ni siquiera mi lado optimita puede remontar. Mi problema de autoestima es grave, aunque yo me niegue a verlo.
Al ser un adefesio inservible se le suman presiones externas. Y mi cabeza solo quiere estar apagada. Pero no es momento para apagarla. Es un gusto que no puedo darme.
Los reproches de la soledad resurgen: "Como te olvidaste que yo estoy solo para protegerte?". Me olvido de algo que es tan cierto.
Tal vez la palabra angustia engloba lo que siento.Si, angustia es buena palabra.

Venda en los ojos. Boca cerrada. Corazón en una caja. Y a seguir adelante.
En algún lado un nuevo pase de felicidad me está esperando. Tal vez sea para un período más largo.